Desde 1905, primer registro de inundación en la ciudad de Santa fe, la capital de la provincia ha sido golpeada no sólo por las fuerzas naturales sino también por la inacción y falta de voluntad política.
El día lunes 23 de noviembre, la lluvia copiosa durante toda la madrugada, le dio a los vecinos de la zona noroeste un paisaje que no les era, para desgracia, desconocido.
Con más de veinte cuandras donde el agua llegaba a la rodilla, una de las arterias principales de la ciudad, la avenida Facundo Zuviría, quedó totalmente inutilizada.
La avenida Blas Parera a la altura del hipódromo se convirtió en una hilera interminable de autos que venían desde el norte a trabajar. "Íbamos a 5 por hora, sin soltar el embrague para que no entrara agua por el caño de escape" comentó una vecina de Las Flores. "Ni taxi, ni colectivos, tuve que caminar dos cuadras más al norte de mi casa para poder cruzar Blas Parera e ir a buscar mi auto que estaba en la cochera", agregó.
Un vecino acusó a la intendencia de no haber tomado las precauciones suficientes en la nueva obra en construcción del Hospital Iturraspe en el norte de la ciudad. Declaró que lo único que se hizo fue rellenar el terreno sin previamente realizar algún tipo de desagüe, siendo este terreno por su ubicación y menor altura el lugar donde escurría el agua de lluvia de todo el barrio.
Los ánimos no se calmaron con las declaraciones de nuestro intendente, el Sr. Barletta, quien en ocasión de ser preguntado por un medio televisivo de la ciudad sobre las causas de la inundación por lluvias relacionado con el estado de las obras para prevenirlas, respondió que los desagües estarían tapados con barro y basura que arrojan los vecinos.
Pareciera que estas declaraciones no cayeron bien entre los vecinos afectados, que al otro día, el martes 24, en varias paredes de la ciudad aparecieron pintadas: "BARLETTA INUNDADOR".
Santa fe SE INUNDA, por lluvias y crecidas, SE INUNDA. La zona más golpeada ha sido siempre la oeste, tanto en el norte, así como en el sur. Podemos hablar de crecidas extraordinarias, de efecto invernadero y hasta de obstaculización voluntaria de los desagües si es que nuestro intendente así lo quiere, pero con hablar no se resuelve nada. Las obras y planes que se prometen en campaña, cuando son necesarias porque el agua te golpea la puerta y no estan, causa bronca, hartazgo y entre otros, desilusión.
El agua irrumpe inexorable en los hogares de los vecinos que atinan a levantar su mobiliario ya mojado, quizás con unos tacos improvisados. Llegan tarde a trabajar, algunos hasta faltan, se quedan en sus casas, esperan a que baje el agua para limpiar y realizar una lista de los daños que, esta vez, ocasionó la inundación.
¿Y el responsable? La gestión anterior, el agua, la irresponsable naturaleza, los vecinos que tapan los desagües, el río, y hasta Juan de Garay que fundó la ciudad por segunda vez en un lugar que se inundaba tanto como el primero.
"Y pasan los años, pasan los gobiernos, los intendentes, quedan los inundados" Si me permitiera Enrique Pinti hacer un pequeño juego de palabras con su "Quedan los artistas".